TANIA GUTIERREZ SAMANEZ

Tania Consuelo Gutiérrez Samanez, nacida en el Cusco, es escritora, periodista y profesora de la especialidad de Lengua y Literatura, del Colegio Fe y Alegria de Santiago. Ha publicado la Obra "Trinidad Enríquez, primera universitaria peruana" Cusco 2005. Es socia de instituciones como: Instituto Americano de Arte, Centro de Investigación y Asesoramiento para la mujer andina: Trinidad Enriquez; Asociación de Escritoras del Cusco.

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Location: Cusco, Cusco, Peru

Escritor, promotor cultural, artista plástico e ingeniero químico, dedicado a la creación y producción cerámica. Ha publicado obras sobre temas de cultura, poesía, historia, química y geometría.Web:www.kutiry.org, email:jgutierrezsamanez@yahoo.com.

Friday, March 16, 2007

Comentario de la obra: “El Patriarca de las Aves”,

Comentario de la obra “El Patriarca de las Aves”
Escribe: Tania Gutiérrez Samanez

El escritor Enrique Rosas Paravicino, nuevamente nos sorprende con su talento creador y, esta vez lo hace incursionando en el mundo de la literatura infantil, entregándonos el cuento “El Patriarca de las Aves”, tema en que se mimetizan la fauna, la flora y la simbología propia de nuestro país.
El discurso narrativo de Rosas está referido en sus obras al entorno cultural, recibiendo un fuerte impacto telúrico del paisaje; esa cosmovisión andina, tan peculiar en algunas de sus obras como “El Gran Señor”; lo inscribe en la corriente temática de Arguedas, Alegría, López Albújar y otros autores nacionales.
Hasta hace algunos años en nuestro país no existía una literatura infantil auténticamente peruana, es decir no se tomaban elementos o motivos nacionales para constituir una literatura infantil propia del Perú. Es indudable que al difundir temas nacionales el niño peruano conocerá su pasado, porque nuestra historia está saturada de hechos legendarios y grandiosos, y que por medio de relatos y narraciones, el niño logrará conocer la naturaleza pródiga en paisajes, con su fauna, flora y riqueza natural en sus tres regiones geográficas.
El Perú como pueblo poseedor de una rica tradición cultural, tiene vasta profusión de motivos temáticos que el escritor peruano puede aprovechar en sus obras.

Los mitos, leyendas y tradiciones del antiguo Perú nos sirven para comprender el pensamiento y la vida de la antigua población peruana.
Raúl Porras Barrenechea en su obra “Mito, Tradición e Historia del Perú” afirma: “Ningún pueblo como el incaico, salvo los chinos, sintió más hondamente la seducción del pasado y el anhelo de retener el tiempo fugaz. Todos los ritos y costumbres familiares y estatales están llenos de ese sentido recordatorio y propiciador del pasado (.....), en todos sus actos hay un instinto o apetencia de historia, que cristaliza también en el amor a los mitos, cuentos, leyendas y fábulas y más tarde en las formas oficiales de la historia que planifica el estado incaico. El mito y el cuento popular antecede según los sociólogos a la historia. El pueblo incaico fue propenso a contar fábulas y leyendas”.
Y de este modo fue cómo los antiguos peruanos, desde la época de los incas, cultivaron el arte de la narración. Citamos a los cronistas:
Cristóbal de Molina (El Cusqueño), autor de las “Fábulas y Ritos de los Incas”, quien hace un estudio de las costumbres y relata la fábula de las “Guacamayas, en tiempos del diluvio”; los relatos de Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala, Blas Valera, Bernabé Cobo, Juan de Betanzos y otros que coinciden en afirmar que los incas amaron y cultivaron el arte narrativo.

Continuando esta tradición, Enrique Rosas en el “Patriarca de las Aves”, toma un tema de nuestro folklore el cóndor que simboliza, en el cuento, la memoria colectiva del pueblo, encerrando este relato un mensaje educativo y formativo, que promueve valores tales como la gratitud, el reconocimiento a la obra del maestro; el respeto y veneración a la ancianidad, además este texto servirá como un valioso auxiliar para la enseñanza de la lectura y el idioma, propendiendo a que el niño alcance una visión profunda del mundo circundante.

En este entender, el cuento “El Patriarca de las Aves” contiene un mensaje interesante en el plano denotativo como en el connotativo. El cuento en sí tiene un tono filosófico y espiritual.
Los demás personajes, son aves que representan al pueblo, quienes reciben la herencia del maestro que les alienta a conservar su historia, cuando dice:
“Cuidad bien la memoria hermanos, ¡Cuidadla siempre!”
Después de la muerte del cóndor los animales dialogan en los términos siguientes:

- Todo cuanto yo sé – lo aprendí de él – replica el zorro lloroso.
- ¿A qué edad murió el cóndor? – pregunta el búho
y el águila lacónica contesta:
- Tenía noventa y siete años cuando expiró
- Entonces el flamenco se chicoteó la frente con el ala
- ¡Claro que sí! – exclamó entusiasta – Por ahí esta la explicación. Es sencillo. A esa edad venerable ¿Quién no tiene la mayor cantidad de conocimientos y experiencias? – Por lo mismo ¿no se requiere entonces de una gran memoria para guardarlos?.
- El búho replica:
- A lo razonado por nuestro hermano flamenco yo agregaría lo siguiente:
- ¿Quién de nosotros no escuchó de boca del cóndor una historia, un cuento, una fábula, un refrán, un mito o siquiera una adivinanza?
- ¡Así es, amigos! Replica el búho- Nuestro saber viene de él, se nutre de su excelente memoria de patriarca – él conservó, toda su vida, el legado espiritual de los antepasados”.

El desenlace de la historia o moraleja es el siguiente:
“Desde esa vez, el pueblo de las aves cultivó el arte de la memoria. Lo hizo por medio de cuentos, fábulas, mitos, refranes y adivinanzas que pasaban de uno a otro, de familia en familia, de bandada en bandada... en largas noches de amena conversación”.

La escuela peruana necesita realizar una revaloración de los mitos, leyendas, cuentos y fábulas por ser elementos de formación educativa e instructiva, porque a más de hacerles conocer nuestro pasado, los niños cimentarán sus conocimientos y afirmarán su identidad nacional.
La lectura del cuento “El Patriarca de las Aves” es recomendable para niños de cuatro a doce años de edad. Está escrito en prosa lírica, llena de encanto poético, tierno, amable, sugestivo, con descripciones y diálogos directos y sencillos; lleva, además, ilustraciones del pintor César Aguilar Peña, uno de los valores de la plástica regional.
Permítaseme en este comentario de la obra de Enrique Rosas, recordar a aquellos pioneros y pioneras de la literatura infantil y juvenil, muchos de ellos maestros y maestras de escuela, y a las madres quienes inventan canciones y versos para mecer a sus hijos, siendo las primeras maestras de literatura infantil. Recordamos a Luchi Blanco Galdos, escritora y periodista cusqueña, autora de “Las Taruquitas”, “La Chocita Voladora” y otros cuentos; Alfonsina Barrionuevo, exquisita maestra del arte de la narración en el mito y la leyenda; Carlota Carvallo de Núñez, Rosa Cerna Guardia, Catalina Recavarren de Zizold, Ester Allison, Matilde Indacochea, Clorinda Matto, Mercedes Cabello de Carbonera, Enriqueta Herrera Gray; así como al vate nacional César Vallejo; a los escritores: Arturo Jiménez Borja, Francisco Izquierdo Ríos, Arturo Corcuera, Manuel Pantigozo, Saniel Lozano, Roberto Rosario, Luzman Salas, Jesús Cabel, Danilo Sánchez Lihón, Cronwell Jara, Cecilia Granadino, María Teresa Llona y en el Cusco: Germán Baush y María Luisa García, entre otros.
Los niños y jóvenes de hoy han reducido la lecto-escritura a su mínima expresión. Hay una especie de pereza mental ya que van desapareciendo los hábitos de lectura, escritura, diálogo, creación, expresión, etc., debido a la televisión y la Internet. La imagen iconográfica, como se sabe, no invita a la reflexión como la palabra, por eso se hace imperiosa la necesidad de brindar más horas de lectura en la currícula educativa.
Felicito a Enrique Rosas por esta valiosa entrega que hace a los niños peruanos, maestros y cultores de la literatura y, de esta manera, ingresa con paso firme a los predios de la Literatura Infantil y Juvenil, inscribiendo su nombre en la galería de autores nacionales de este quehacer literario tan singular.