TANIA GUTIERREZ SAMANEZ

Tania Consuelo Gutiérrez Samanez, nacida en el Cusco, es escritora, periodista y profesora de la especialidad de Lengua y Literatura, del Colegio Fe y Alegria de Santiago. Ha publicado la Obra "Trinidad Enríquez, primera universitaria peruana" Cusco 2005. Es socia de instituciones como: Instituto Americano de Arte, Centro de Investigación y Asesoramiento para la mujer andina: Trinidad Enriquez; Asociación de Escritoras del Cusco.

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Location: Cusco, Cusco, Peru

Escritor, promotor cultural, artista plástico e ingeniero químico, dedicado a la creación y producción cerámica. Ha publicado obras sobre temas de cultura, poesía, historia, química y geometría.Web:www.kutiry.org, email:jgutierrezsamanez@yahoo.com.

Saturday, August 14, 2010

CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL CIENTÍFICO SOCIAL PERUANO VICTOR NAVARRO DEL AGUILA

Por: Tania Gutiérrez Samanez
El 15 de diciembre del 2010 se conmemora el Centenario del Nacimiento del Científico Social Peruano Dr. Víctor Navarro del Águila, nacido en la ciudad de Huamanga (Ayacucho) en 1910.
Después de medio siglo, el aporte y la vigencia de Víctor Navarro del Águila, empieza a ser estudiado y analizado por los nuevos científicos sociales peruanos, ya que Navarro del Águila tuvo el mérito de introducir los estudios de Folklore en el país.
En los 16 años de permanencia en el Cusco, influyó decisivamente en los estudios folklóricos del Cusco, Ayacucho y el Perú, dándole un nuevo sentido a la realidad social de esa época, venida a menos e ignorada por su importancia en los círculos intelectuales de sociólogos e historiadores.
En 1932, llega al Cusco e ingresa a la Facultad de Letras, Ciencias Humanas y Derecho, graduándose como Doctor en la Facultad de Letras; siendo aún estudiante universitario, ejerció la docencia en los colegios de las Hijas de Santa Ana, las Mercedes y en los colegios de San Francisco y Nacional de Ciencias.
Obtuvo la cátedra de Folklore y Arqueología Peruana en 1942, mediante concurso de méritos y aptitudes, iniciando de esta manera el estudio de las Ciencias Sociales en el Perú.
Navarro del Águila, fue el primero que introdujo el estudio sistemático de la ciencia social, utilizando una metodología propia, para estudiar el comportamiento de la cultura popular en sus diversas manifestaciones, elaborando un archivo valiosísimo en forma de fichas, creadas con este fin. Gracias a él se conoce temas sobre literatura folklórica, cuentos, tradiciones, leyendas, refranes, juegos infantiles, adivinanzas. Además estudió y realizó fichaje de la música andina, huaynos canciones populares, instrumentos musicales, danzas, trabajo, alimentación, medicina popular, práctica de brujería, etc., de esta manera enseñó a desentrañar las raíces y la mentalidad del alma andina, salvando un patrimonio rico en costumbres y tradición.
Entre sus trabajos publicados están:"Las Tribus de Anko Wallock" que es el estudio de los Chancas de Andahuaylas (Apurímac), "Calendario de las Fiestas Populares del Departamento del Cusco", "Folklore Nacional", "Wayanay", "Chijmu", “Wamam Puma, Cronista" y otros trabajos que se hallan diseminados en diarios y revistas de la época, como en la Revista Universitaria y la Revista del Instituto Americano de Arte, diarios locales, nacionales y del extranjero. En sus trabajos utilizó diversos seudónimos como: Ludaluiga, Poqra, Argos, Agapito Kanchara, personaje satírico, que recrea en la revista humorística "Don Cualquiera" que dirigía el Dr. “Humberto Vidal Unda.
En 1937 fue cofundador del Instituto Americano de Arte del Cusco, acude al llamado de su maestro, el Dr. Uriel García Ochoa, quien había recibido el encargo de fundar dicha institución cultural, luego de concurrir al Segundo Congreso de Historia de América, cuya sede fue la ciudad de Buenos Aires. Uriel García, emprende la tarea de agrupar al elemento más selecto de la intelectualidad cusqueña de la época, entre ellos se recuerda a: Víctor Navarro del Águila, Alberto Delgado, José Gabriel Cosio, Víctor M. Guillén, Domingo Velazco Astete, Rafael Aguilar, Roberto Latorre Medina, Sergio Caller Zavaleta, Julio G. Gutiérrez Loayza, Luís Felipe Paredes, Federico Ponce de León, Julio Rouviros, Alfredo Yépez Miranda, Humberto Vidal Unda, Juan Manuel Figueroa Aznar, Daniel Castillo. Martín Chambi, Rafael Yépez La Rosa, Luís Nieto Miranda, Roberto Díaz Robles; generación brillante de intelectuales y artistas que tenían por misión salvaguardar el patrimonio cultural del Cusco y de la nación. Fue en el seno del Instituto Americano de Arte que surgió la idea de creación de la Semana del Cusco, idea plasmada por el doctor Humberto Vidal Unda en 1944; asimismo se llamo a concurso para la creación del Himno al Cusco, se instauró el Santurantikuy, feria artesanal que se lleva a cabo el 24 de diciembre; se creó el Museo de Arte Popular, único en su género en el país, se cuenta con una fototeca del Cusco antiguo, donado por el mago del lente Martín Chamb, biblioteca y pinacoteca y se publica La Revista del Instituto Americano de Arte, cuyo ámbito de difusión no sólo es local, sino internacional, ya que esta revista es leída en Quito (Ecuador), La Paz (Bolivia) y Buenos Aires (Argentina),
Los fundadores del Instituto Americano de Arte, fueron forjadores de una autentica identidad nacional dando lustre y prestancia a la cultura Sur Peruana como testifica su vida y obra.
En 1977 se llevó a cabo en Lima el Congreso Nacional de Folklore, organizado por la Universidad Nacional de San Marcos, evento que llevó el nombre del insigne científico social “Dr, Víctor Navarro del Aguila” en mérito a su valiosa obra en la rama de las Ciencias Sociales y como precursor del estudio del Folklore en nuestro país.
En su faceta periodísticas Víctor Navarro del Águila fue fundador de la revista "Guaman Puma" y la Revista Folklórica del Cusco, asimismo fue fundador del Museo de Arte Popular de la Universidad San Antonio Abad del Cusco.

FACETA HUMANA DEL DR. VÍCTOR NAVARRO DEL ÁGUILA
En opinión de sus parientes y amigos, el Dr. Víctor Navarro del Águila fue una persona jovial y alegre, se dice que nunca se le vio colérico, abatido o triste; reunión social donde se encontraba él, se convertía en jolgorio, porque además de tocar el piano y la guitarra el Dr. Víctor Navarro cantaba huaynos ayacuchanos y apurimeños.
Julio G. Gutiérrez, amigo entrañable del Dr. Navarro del Águila refería que "Navarro armaba las jaranas y se bailaba hasta sacar chispas al suelo”.
En las calles, cuando se escuchaba sendas carcajadas, es que allí, andaba Navarro del Águila; debido a su carácter festivo era muy querido por sus amigos, así como era apreciado en los sectores del sindicalismo cusqueño.
A decir del Dr. Edmundo Arce Quiroz, catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad del Cusco y coterráneo suyo, refería que "El Dr. Navarro del Águila, Arce Quiróz y la Profesora Dina Samanez Cáceres, egresada de la universidad San Antonio Abad del Cusco fueron los que popularizaron el huayco “Puka Pulleracha” (Faldita Roja), así como otros huaynos ayacuchanos y apurimeños.
El Dr, Víctor Navarro del Águila, contrajo matrimonio con la señora Alcira Ibañez Palomino, proveniente de distinguidas familias apurimeñas.
Alcira Ibáñez, fue una de las primeras universitarias que desplegó actividad social y cultural en el Cusco. En 1934 figura en la AFU (Asociación Femenina Universitaria), fundada por entonces por la luchadora social Rosa Augusta Rivero Ricalde, que en 1927 fundara el grupo "Albores" de feministas cusqueñas, para años más tarde aglutinar al elemento estudiantil femenino en la AFU; la joven Alcira Ibañez, fiel a los postulados de la Asociación Femenina Universitaria, desplegó acción de concientización feminista en los colegios de Santa Ana y las Mercedes, donde daba charlas a las estudiantes sobre el rol protagónico que debían tener las mujeres en la sociedad.
En 1945, Alcira Ibañez de Navarro del Águila, aparece como co fundadora de "Acción Femenina Peruana - filial Cusco”, que a instancias de la luchadora social Estela Bocángel Montesinos se fundó en el Cusco y como primera Presidenta figuraba la señora Martha Alicia Yépez de .Fernan Zegarra, en los demás cargos estaban: Rosa Augusta Rivero, Concepción Ramos Valdivia, Estela Bocángel, Rebeca Fernández Baca, Alcira Ibañez de Navarro del Águila, Delia Vidal Unda, Maria Jesús Salas de Caller, Consuelo Samanez de Gutiérrez, Maria Luisa de Delgado, Tula Luna de Latorre, Etelvina de Lira, Angélica Hurtado Povea, Rosario Bocángel Montesinos; quienes en acción conjunta de frente único, sin distinción de raza, credo político y religioso, se unieron para luchar por la obtención del voto femenino peruano, y gracias al petitorio que formulara Acción Femenina - filial Cusco, la organización de Lima y personalmente la Dra. Carmela Aguilar Ayanz, primera embajadora peruana, al entonces Senador de la República Dr. José Uriel García Ochoa, quien expuso el petitorio ante el Senado de la República, se otorgó la Ley a favor del sufragio femenino durante del Gobierno de Manuel A. Odria en 1955.
Víctor Navarro del Águila y Alcira Ibáñez de Navarro, fueron padres de: Anita, Alicia, Waldo y Eddy Navarro Ibáñez, dignos hijos, criados por su madre en el recuerdo de su ilustre padre. Por sus dotes de nobleza y calidad humana la señora Alcira Ibáñez de Navarro del Águila estará presente en el recuerdo de quienes tuvieron la dicha de conocerla.
El Dr. Víctor Navarro del Águila, dejó de existir en la ciudad del Cusco el 6 de enero de 1948, dejando una obra muy importante que al paso del tiempo recobra vigencia, mereciendo el reconocimiento del pueblo peruano, ya que dejó escuela de estudio en sus discípulos: Josafat Roel Pineda, Efraín Morote Best, Demetrio Roca Huallparimachi, dignos exponentes del estudio de la Ciencias Sociales en el Perú

Saturday, May 08, 2010

HOJA DE VIDA


HOJA DE VIDA DE LA PROFESORA
TANIA CONSUELO GUTIÉRREZ SAMANEZ

Profesora de Lengua y Literatura, Periodista e investigadora de literatura femenina.
Cursó estudios superiores en la Universidad de San Antonio Abad del Cusco, en la Facultad de Educación en la de especialidad Lengua y Literatura y en el Programa de Periodismo y Relaciones Públicas.
Inicia su quehacer periodístico en el diario El Comercio del Cusco, con la columna “Opinión Femenina”, enfocando temas literarios y culturales con una perspectiva de género.
Fue cofundadora del Círculo Cultural Micaela Bastidas y del Centro de la Mujer Trinidad Enríquez.
Es socia del Instituto Americano de Arte y presidenta de la Asociación de Escritoras del Cusco y presidenta del Movimiento Sur Peruano de Escritoras (Arequipa, Puno, Moquegua, Tacna, Apurímac y Ayacucho).
Es directiva de AMA (América Madre, con sede en Córdoba – Argentina) y es miembro del Comité de Defensa del Patrimonio del Cusco.


PUBLICACIONES.
La Mujer en la Literaturas Mundial, Nacional y Regional.- Revista Nº 13 del Instituto Americano de Arte.
Mujeres Célebres en la Resistencia.- Revista Mujer Andina del Centro de Estudios y Asesoramiento de la Mujer Trinidad Enríquez- 1997.
María Ester Castro, ilustre hija de Félix Evaristo Castro.- Centenarios del Diario El Comercio del Cusco.- 1996.
Trinidad Enríquez, Primera Universitaria y Precursora Social Peruana- Cusco- 2005. Gutierrez Samanez Editores.
Luis Velazco Aragón y el Enfoque de la Literatura Americana- El Antoniano UNSAAC -1999.

TRABAJOS INÉDITOS

Fantasía y Algunos Juegos (Poemario Infantil)
Bocetos (Poemario biográfico)
Legendarias Feministas del Siglo XX
Antología de la Poesía Femenina Cusqueña (Siglo XIX, XX y XXI)
Notables Educadoras Cusqueñas.
Rosa Augusta Rivero y el Discurso de Género Sur Peruano (En prensa)

Dirección: Calle Inca 357, Santiago, Cusco
Tel. 051-84-221814.

Thursday, March 18, 2010

CONCEPCION RAMOS VALDIVIA, LUCHADORA SOCIAL CUSQUEÑA


Wednesday, October 10, 2007

ANGÉLICA PALMA


LA INFLUENCIA LITERARIA DE RICARDO PALMA EN SUS HIJOS:
ANGÉLICA PALMA

Ponente: Tania C. Gutiérrez Samanez
Profesora de Lengua y Literatura
Investigadora de literatura femenina

Universidad Ricardo Palma
Lima - octubre- 2007


La segunda mitad del siglo XIX fue una etapa de afirmación de la nacionalidad peruana y el egregio escritor Ricardo Palma se constituyó en el guía y mentor de toda una generación de escritores y escritoras que se reunían en torno al maestro para compartir ideales e inquietudes en favor de una auténtica literatura nacional.
Entre los años de 1876 y 1877, Palma presidía las inolvidables veladas en casa de la escritora argentina Juana Manuela Gorriti, que tuvieron como antecedente en la Colonia las reuniones que promovía Manuelita Orrantia, hermana del Conde de San Isidro; de esa manera y sin abandonar el hogar familiar las mujeres manifestaban sus primeros escarceos literarios.
En 1887 en la residencia de la escritora cusqueña Clorinda Matto en la calle Calonge Nº 58, se realizaban veladas. Clorinda hacia conocer a los literatos de Lima, el pensamiento de los pobladores del ande. En estas reuniones muy niña Angélica Palma, recitó un poema de Mercedes Cabello de Carbonera sobre la “Mujer Escritora” y el tradicionista había sonreído orgulloso, presintiendo que su hija seguiría sus pasos en el mundo de la literatura.
Evocando aquellas famosas veladas, Angélica Palma, escribía: “... las Veladas se celebran quincenalmente, tenía por escenario una sala espaciosa, de esas de antiguo caserón de Lima, con muros sólidos y elevado techo; quizá a cada lado de la puerta de entrada habría una ventana labrada roja con ancho y bajo alféizar como para brindar asiento cómodo a alguna pareja deseosa de aislamiento; acaso las mamparas tendrían cristales de colores, cortados en trozos de regular tamaño y caprichosa geometría; colocado al centro de una de las paredes un Erard o un Pleyel mostraría su teclado marfileño; en la fronteriza, dos espejos de marco dorado parecían casi apoyados en sendas consolas de jaspeado mármol y patas curvas; la alfombra sería enteriza y floreada; sofás y sillones de los de medallón, con respaldo y brazos protegidos por adornos de crochet; y no faltaría la indispensables mesa de centro, rodeada de sillitas ligeras y soportando en su tablero el peso de un álbum enconchado repleto de retratos, entre los que se vería infaliblemente a la reina Victoria y a la Emperatriz Eugenia, y el más leve jarroncillo con esbeltas varas cuajadas de margaritas intensamente aromadas”.
A estas veladas asistían: Manuela Villarán de Placencia, cuya obra propiciaba el retorno al mundo pastoril; Cristina Bustamante, llamada por Palma “Hada gentil de rizos cabellos y ojos fascinadores que melodiosos trinos arrancaba de su garganta de ruiseñor” la poetisa Adriana Buendía, las escritoras Mendiburo de Palacios; Mercedes Cabello de Carbonera y Lastenia Larriva de Llona; entre los escritores figuraban: Abelardo Gamarra “El Tunante”, Manuel Adolfo García, Acisclo Villarán, Teobaldo Corpancho, Numa Pompilio Llona, Alberto Ureta. En estas veladas Clorinda Matto, leía sus Tradiciones que luego publicaba en “El Perú Ilustrado”.

Este fue el contexto cultural donde Angélica Palma, nutrió su espíritu de poesía y arte, apreciando la obra de las escritoras y poetas de la época, quienes dieron marco al nacimiento de la Literatura Nacional.


DATOS BIOGRÁFICOS.

Angélica Palma Román, nació en Lima el 25 de Octubre de 1878. Hija del escritor Ricardo Palma y de Cristina Román, realizó sus estudios bajo la dirección de la notable pedagoga Teresa González de Fanning.
Sus biógrafos la describen de cenceña y grácil figura, casi incorpórea por su delgadez, de faz cálidamente morena, de grandes ojos negros que irradiaban un vivo fulgor que le envolvía como visible emanación de su espíritu, de aguda inteligencia y de burlona gracia limeña, algo parecida a la sevillana, su trato la hacía irresistiblemente simpática, de conversación amena, juicio sólido, ingeniosidad discreta, distinguida modestia, delicadeza moral, probidad y lealtad acrisoladas, dulce y risueña. Heredó el limpio y castizo castellano de su padre y maestro. Como hija fue amantísima, desempeñaba aquella triple tarea de lazarillo, enfermera y secretaria que no hubo otra limeña dechado de amor filial; a fuerza de desvelos entrañables, prolongó la vida de su padre, fue una sacerdotisa del hogar paterno.
Su inclinación por las letras se manifestó desde niña, cuando asistía con su padre a las famosas veladas literarias organizadas por Clorinda Matto, en donde seguramente se respiraba una atmósfera intelectual. Conocería a Amalia Puga natural de Cajamarca; Mercedes Cabello, de Moquegua; Carolina Freire, de Tacna, escritoras que habían leído a Flaubert, Sthendal, Zolá y a la española Fernán Caballero.
A la muerte de su madre Cristina Román en 1911, Angélica no se apartó jamás del lado de su padre.
Se crió y creció en el despacho de Ricardo Palma, entre libros viejos y nutrida correspondencia, produciéndose una influencia del saber y el espíritu de Don Ricardo.
En 1892, acompañó a su padre en su viaje a España, junto a su hermano Ricardo: Palma representaba al Perú en el Noveno Congreso Internacional de Americanistas.
A la muerte de Palma, Angélica y sus hermanas Augusta y Renée, se abocaron a la tarea de publicar la obra del tradicionista. El libro “El Palma de la Juventud” – Lima (1921), constituyó un notable aporte a la literatura Infantil y Juvenil Peruana.
Entre 1921 y 1923 se establece en Madrid y se encarga de la edición de las Tradiciones Peruanas (Madrid 1921 - 1925), viaja por Francia, Bélgica e Inglaterra.
En 1926, asiste al Congreso Interamericano de Mujeres en Panamá, y en 1929, retorna nuevamente a Europa, nombrada por el Gobierno del Perú delegada a la Exposición Internacional de Sevilla, asiste al Congreso de Historia en Barcelona, donde da a conocer su trabajo sobre el Virrey Abascal, para luego viajar a Italia. En 1931 retorna a Lima y en julio de 1935 el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de Argentina la invitó para dictar charlas y conferencias, y participar en diversos homenajes como la develación de un busto de su padre, donado por el Instituto Nacional de las Lenguas Vivas “Juan R. Fernández”. Angélica dictó charlas y conferencias en el teatro Cervantes y participó en el homenaje que le rindió a Palma la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires; en agosto de 1935 visitó la Plata y Montevideo; viajó a la ciudad de Rosario, pero al poco tiempo cayó enferma siendo internada en el Sanatorio Británico de la ciudad de Buenos Aires, atacada de neumonía y pleuresía. Dejó de existir en agosto de 1935.
Sus restos fueron repatriados de Buenos Aires al Perú, el 21 de marzo de 1936 y enterrados en el cementerio de Lima. Las sociedades “Entre Nous” y “Amigos de Palma” le tributaron sentido homenaje.


La Obra Literaria de Angélica Palma

En 1925, Angélica Palma figuraba como miembro activo de la sociedad “Entre Nous” institución que fue su hogar espiritual.
Ofrece su primera conferencia en 1925 con el titulo de “Charla Hispánica”, ya que aprendió a amar a España cuando viajó con su padre a la península, decía “que sólo conociéndola de cerca podemos comprender y aquilatar su influencia en el mundo y su contribución valiosísima a la civilización moderna”, más adelante se ocupa de toda esa pléyade de mujeres célebres españolas que figuran en la historia por su decisión y carácter, tal el caso de Isabel de Castilla y de Santa Teresa de Jesús o la doctora de Ávila, terminando con las grandes cultoras de la lengua de Cervantes y de Calderón de la Barca en los siglos XIX y XX, entre ellas: Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal y concluye con los nombres de sus amigas: Blanca de los Ríos, Concha Espina y Mercedes de Ballesteros.
En 1928 en una charla en “Entre Nous” se ocupa de la vida y obra de las “Mujeres Peruanas”, hace un recuento de las figuras femeninas más brillantes de nuestra historia, desde el incanato, las célebres ñustas y coyas, las aristocráticas virreinas y las célebres poetisas mujeres de letras de la Colonia. Se ocupa de Micaela Villegas “La Perricholi” a quien defiende de los dichos y mal interpretaciones que su persona suscitó en la época del Virreinato, de sus labios salieron también los más bellos loores para nuestra Santa Patrona Rosa de Lima, primera Santa que nació en América, figura sublime de espíritu diáfano y puro, y que Don Ricardo Palma con su pluma ágil y galana nos enseñó a amar desde niños.
Evocó, también, en esta charla la figura heroica de María Parado de Bellido, así como la gallarda figura de la Mariscala Pancha Zubiaga de Gamarra, quien en verdad gobernó al país en ausencia de su marido el Mariscal de Ayacucho Agustín Gamarra. Hizo un comentario de la franco – peruana Flora Tristán y recordó los salones literarios que promovía Juana Manuela Gorriti y concluyó dedicando sentidas frases a su maestra Teresa González de Fanning y a Juana de Dammert a quien llamó “Prez de su sexo y de su patria”.
En 1931, dictó la conferencia titulada “Pancho Fierro, Acuarelista Limeño” que sirvió de prólogo a la colección de acuarelas publicadas con motivo del IV Centenario de Lima en que calificó a Pancho Fierro de “Prodigio de intuición, costumbrista, plácido y risueño, de visión más clara que penetrante, burlón a la manera de Segura y Mesonero Romanos (..) Pancho Fierro gran pintor indocto, ocupa -afirma Angélica Palma- un lugar preferente en la historia del arte peruano, cuyo señorío corresponde a la hidalga sabiduría de don Francisco Lazo”
El 3 de febrero de 1933, al concluir la Semana dedicada a Palma, con los labios temblorosos y los ojos empañados en lágrimas por la emoción, dijo: “Nada dignifica a los seres y a los pueblos como la consideración por los trabajadores intelectuales, como el respeto a la obra, en continua evolución de la inteligencia” y fue idea de la sociedad “Entre Nous” hacer un busto de Angélica en que apareciera junto al padre como la “Vestal de la Supervivencia del Maestro y como la guardadora del fuego sagrado de la inteligencia de la familia Palma, como legado patriótico para el pueblo peruano al que Angélica consagró su culto y a la fama de su padre, dirigiendo la edición Oficial de los tres volúmenes sucesivos sobre la biografía del tradicionista. Prologó la obra “Palma de la Juventud” en 1911, luego Ricardo Palma en Figuras de la Raza (Madrid – 1927), Ricardo Palma, biografía (Buenos Aires – 1933) obra en la que relata sabrosas anécdotas con motivo del Centenario del Nacimiento de Palma, y luego, en artículos y conferencias, no cesó de investigar y difundir la vida y obra de su padre. La excursión a Buenos Aires en que le sorprendió la muerte fue precisamente para asistir a la inauguración de un busto a Ricardo Palma y disertar acerca de las Tradiciones, asimismo, se cuenta que amó profundamente a su madre doña Cristina Román, que tenia aficiones literarias y que se preocupó de la educación de Angélica.
En 1918, publica “Cartas son Cartas” que sale a luz en el Mercurio Peruano y escribe con el seudónimo de Marianela, personaje de la novela de Pérez Galdós. Por esos años Angélica demostraba ser muy tímida, su excesiva reserva le impedía manifestar su talento literario, ya a la muerte de su padre y a poco de haber publicado su novela “Vencida” (Barcelona – 1918) y “Morbus Aureus” (1918) seguida “Por Senda Propia”, y pese a haber escrito estas novelas en 1913 a 1916, no se atrevió a darlas a conocer. Posteriormente las publicó casi simultáneamente.
Los personajes femeninos de las obras de Angélica, constituyen tipos idealizados de mujer: sensitiva, candorosa y sufrida, que encarnan a la mujer de la época, criada para la sumisión. Los personajes masculinos parecen ser inferiores a los femeninos, por su frivolidad y superficialidad. En cuanto al medio ambiente describe el clima de Lima con tibio sol y garúas, y se refiere al mestizaje cultural que existe en el país.
“Uno de Tantos” (1926) fue la obra de mayor aliento de Angélica, ésta sería su novela principal. En ella critica la demagogia, los vicios de la república, el periodismo venal, en síntesis, es un estudio de la patología social.
La obra “Coloniaje Romántico” fue premiada en un concurso literario llevado a cabo en Buenos Aires en 1931 y fue impresa en Barcelona. En “Tiempos de la Patria Vieja”, presenta cierta influencia de Benito Pérez Galdós y toma motivos costumbristas de Lima. En “Morbos Aureus” describe la romería al Señor de los Milagros.
Colabora en el diario “Madrid” de España (1926), algunas de sus crónicas están publicadas en la revista “Variedades” (1924) en una de ellas denuncia las vandálicas modernizaciones y escribe: “…Lima no puede ostentar opulento pasado artístico, porque tiene su historia y su leyenda genuinas. Atentar contra lo que nos habla de ella pretextando la supuesta pobreza de ayer es lo mismo conceder únicamente a los ricos el derecho de estimar las joyas de la familia. Los reyes custodian los diamantes de la corona, los humildes guardan amorosamente el sencillo aro de oro que ceñía amorosa su madre”.
En sus estudios referentes a mujeres célebres, estudió la vida de Cecilia Böhl de Faber (1796 - 1879 en su obra: “Fernán Caballero - La Novelista Novelable”, escritora nacida en España, autora de la Gaviota (1845) La Familia de Alvareda (1856)
En narrativa, Angélica sacó a luz su cuento “Las Dos Voces” que es una pieza sobre el mestizaje andino. Su estilo demuestra moderación y cautela, su feminismo estuvo cifrado en la educación de la mujer, posponiendo la política. Se nota influencia de Benito Pérez Galdós, Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán, de su amiga Blanca de los Ríos y de otros autores sudamericanos, ocupando Angélica un sitial excepcional en las letras iberoamericanas. Fue saludada en España y Argentina; pero, en el Perú le faltó aliento y estímulo. Sus novelas se conocen poco, sólo en círculos intelectuales reducidos se comentaba su obra, y fue gracias al contacto con sus amigas europeas quienes le dieron la fortaleza de ánimo para escribir e imponerse en sus ensayos, ya que en esa época para las mujeres era difícil, abrirse camino en el mundo de las letras. Los prejuicios arraigados, la sociedad patriarcal, fueron terribles escollos para las escritoras. Frente a estas dificultades, Angélica Palma alcanzó el reconocimiento de la crítica, que vio en ella a la escritora seria y estudiosa que llevaba en sus venas la sangre de su ilustre padre.

Juicios Críticos.

La historia literaria peruana, ignoró por mucho tiempo la obra realizada por las escritoras. El silencio permaneció hasta mediados del siglo XX; relegada en el hogar, la mujer pugnó a través de los siglos por salir de la postergación.
Si revisamos la historia literaria, observamos autoras que ocultaron su identidad femenina bajo seudónimos masculinos y fueron aquellas que destacaron por su talento como: Aurora Dupin que escribía con el seudónimo de Jorge Sand y que se reveló contra las costumbres de la época; Cecilia Böhl de Faber o Fenán Caballero, estudiada por Angélica Palma; George Eliot seudónimo que ocultaba a Maria Ana Evans.
Al paso de los años el silencio se fue resquebrajando; en el Perú fue encomiable el aliento y apoyo que brindó a las mujeres escritoras el Patriarca de las Letras Peruanas Ricardo Palma, que con su presencia y consejos, impulsó a escribir a mujeres de talento como: Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello de Carbonera, entre otras.
Angélica Palma, ocultó por mucho tiempo su inclinación por la literatura, en vida de su padre, se dedicó con ternura ejemplar y conmovedora a ser sólo su hija, secretaria y compañera.
La faceta paterna de don Ricardo Palma, fue sin duda excepcional, ya que tuvo el mérito de criar a sus hijos en el gusto por el arte y la literatura, ejemplo de ello fueron: Clemente y Angélica Palma. Clemente, autor de “Cuentos Malévolos”, semeja sus relatos a Poe; dirigió por mucho tiempo la revista “Variedades”, fue un digno heredero de su padre, pero más cerca de don Ricardo, estuvo Angélica.
A decir de los críticos, Angélica tuvo un don especialísimo, el de hacer conversar a sus personajes con gracia y naturalidad. Fue una maestra en la descripción del ambiente y la evocación de los viejos tiempo, los paisajes, las costumbres son narradas con estilo claro, fácil y sencillo. La novela “Por Senda Propia” demostró la capacidad narrativa de Angélica Palma.
Luís Alberto Sánchez en su estudio “La Literatura Peruana” – Lima 1989, afirma que “las novelas de Angélica Palma forma parte de un género familiar, aséptico entretenido y bien escrito, aunque sin ninguno de los ingredientes que confiere calidad perdurable a las grandes obras de la literatura”. Si tomamos en cuenta el contexto social de la época, las novelas escritas por mujeres a fines del siglo XIX y principios del Siglo XX sólo son el principio o constituyen la formación de la futura novelística nacional. El mérito de estas escritoras estriba en haber vencido el temor a la crítica y de haber producido obras de carácter social.
Raúl Porras Barrenechea al comentar la obra: “Uno de Tantos” de Angélica Palma, afirma que esta novela es “Una inquietud hondamente sentida por la situación de la mujer de la clase media o alta, sujeta a todas las trabas e injusticias del amor y de los códigos que surgen a menudo de los conflictos novelescos creados por la autora y la angustia de sus personajes (…) en ninguna de las novelas la autora ha expresado nada que trascienda, protesta sufragista o feminismo de cartel, el suyo, dice Porras es un hondo y sereno sentimiento, gemelo de otras mujeres contemporáneas como Gabriela Mistral y de Delmira Agustini, ajeno a toda finalidad declamatoria. Las protagonistas de “Vencida” y “Por Senda Propia”, las dos novelas primogénitas de Angélica Palma no nos hablan de la mujer y de sus derechos, porque son ellas, con sus vidas truncas, alegatos vivientes henchidos de emoción”.
El feminismo en la obra de Angélica Palma, es evidente, sus personajes encarnan a mujeres postergadas, vejadas en sus derechos, son por lo tanto sus novelas, obras de denuncia social, en donde se retrata la sociedad de entonces como en “Uno de tantos” cuyo personaje Abelardo Torralba es un tipo ruin, egoísta y ambicioso que abandona a la madre, la amante y la hija. Sobre este personaje, afirma el maestro Porras que se trata del típico “arribista criollo, larva de genio incomprendido, cuyas etapas son el estudiante radicaloide y demoledor y el periodista declamatorio venal, que queda estereotipado para siempre en el relato de Angélica Palma (…) Nada hay sin embargo a pesar del feminismo sensitivo de la autora, de amargo ni de punzante para el protagonista viril. Tan sólo una sonrisa benévola (…) el inmenso escritor que había dentro de la envoltura de Abelardo Torralba, exportado a Madrid para asombrar a los mayorazgos del idioma, detiene su mirada ante el monumento de Cervantes para acordarse que aún no había leído el Quijote (…) y que extenuado por los tóxicos va a morir, anhelante y nostálgico frente a la casa representativa de la tierra y del hogar ausente, buscando el último alivio espiritual en el recuerdo de los suyos y hasta en los colores de la bandera de la que había abjurado”.
Los diversos juicios críticos acerca de la obra de Angélica Palma, como el emitido por la famosa pedagoga y luchadora por los derechos de la mujer Elvira García y García son significativos. Esta autora opinaba que: “Angélica Palma, se distinguió por su estilo clásico, lleno de formas elegantes y serias al mismo tiempo, y por las riquezas de sus expresiones, usando un vocabulario en la que se adivinaba a la lectora asidua de los maestros castellanos”.
El 7 de setiembre de 1935, el diario El Comercio de Lima, con motivo de la repatriación de los restos de Angélica Palma, informaba: “A pesar de que Angélica Palma buscó sus temas en nuestro ambiente, afirmando su sentido nacionalista del arte, las magníficas cualidades de su estilo rebasan la órbita de nuestra literatura y sitúan a la autora de “Vencida” en el plano más universal de los valores españoles. Entre estos, ella logró mantener y acrecentar el prestigio de las letras peruanas. Esta satisfacción le fue dada a Angélica Palma, que tuvo en España entusiastas admiradores y recibió allí significativos homenajes”.
Dora Mayer de Zulen, escribía “Primero la sombra del padre hizo, florecer el talento de la hija, después la sombra de la hija amparó las energías menguadas del anciano que terminaba sus ensueños en el arcádico recinto de Miraflores”.
Por su parte la española Concha Espina, opinaba “Un moderno historiador, Raúl Porras, nos acaba de decir que a Lima la fundaron Francisco Pizarro y Ricardo Palma, el insigne tradicionista (…) veremos con doble interés en nuestra querida Angélica a la hermana siempre juvenil de la ciudad de los Reyes, a la limeña cien por cien en patriotismo, arte y legalidad con indiscutible derecho a una singular ciudadanía que bien merece cuajarse en mármol civil, en piedra augusta y noble”.
Maria Wiesse, afirma: “Angélica Palma publicó su primera novela “Vencida” editada por la casa editora Salvat. La primera novela de Angélica Palma fue recibida con sinceros elogios por la crítica española y americana. Con “Vencida” Angélica traía una muy estimable contribución a la novela peruana, todavía en formación. La fina escritora estudiaba un tipo de mujer limeña de hace veinte años; la hija de una familia aristocrática que habiendo perdido su fortuna, se vio obligada a trabajar (…) Angélica Palma era ante todo novelista. Novelista más que conferencista, ensayista o historiadora (…) en la novela daba todo lo que poseía de cualidades literarias, de dones de observación, de agudeza psicológica. Me dijo Angélica que sus autores predilectos eran el francés Alfonso Daudet, el portugués Eca de Queiroz y el español Pérez Galdós .
Cristóbal de Castro, escribía: “Angélica fue al par contemplativa y diligente. Marta en su vida y María en su obra. Menudita y graciosa, como una donna chica, de Juan Ruiz; pero delicada y romántica como una musa de Bécquer, su don más valioso fue su bondad (…) viene a España a dirigir personalmente una edición monumental de las Tradiciones Peruanas, revuelve archivos, iconografías, epistolarios, revistas, periódicos; da conferencias, publica folletos y libros, hasta culminar la Exposición, que organizada por la “Sociedad Amigos de Palma” en 1933, recoge en sus diversas salas y vitrinas, los objetos personales, los retratos, la bibliografía, las memorias, las obras de autores diversos publicados por Palma, los prólogos, las antologías, referencias y recuerdos de España, autógrafos y manuscritos, y homenajes al gran polígrafo”.
José de la Riva Agüero gran amigo de Angélica Palma la recuerda: “…hace tiempo la conocí, dulce y risueña Antígona, junto a su glorioso y caduco padre (…). Prototipo de abnegación, encarnación de la piedad doméstica, formada con la lectura de las castizas páginas de D. Ricardo, de la Pardo Bazán y de Galdós, y apasionada de la poesía española, italiana y francesa (…) han llegado a mí noticia de las crónicas quincenales intituladas Cartas a una Turista, de Febrero a Septiembre de 1907, y varios artículos y novelas cortas en Prisma, el año de 1909, para todo lo cual usó el seudónimo galdosiano de Araceli. Después lo cambió por el de Marianela (…) con el que ya firma relatos en prosa y rimas originales o traducidas, en Arequipa Ilustrada y en diversos periódicos norteamericanos. Su soneto De Saya y Manto es de 1911 (…) es llano descubrir, en las últimas producciones de D. Ricardo, por ejemplo en los discursos a Sáenz Peña y a los estudiantes americanos, y en la carta sobre la muerte de Piérola, retoques finales de la mano de Angélica. Es de 1918 la novelita epistolar Cartas son Cartas (…) Vencida y Morbus Aureus (1918) a las que siguió, a los tres años Por Senda Propia, que me cupo el honor de prologar”.
Blanca de los Ríos su amiga entrañable, escribía: “En aquel ambiente de historia y literatura ochocentista, en que flotaba nieblas del Romanticismo español y cálidas rachas del criollismo peruano, bebió Angélica las fuertes esencias generosas de la tradición y de la lengua; pero su viva mentalidad flexible y moderna no quiso anclarse en lo pasado, aunque estribara firmemente en él para producir su obra propia y personal”.
Luís Alayza y Paz Soldan, gran amigo de la familia Palma, evocaba “…Arrojado D. Ricardo de esa casa tan suya que era la Biblioteca Nacional - El Mendigo Glorioso habíala formado entera – donde morara con su familia, buscó albergue en un casuchín estrecho, enriquecido solo por la sombra de unos fresnos y el canturreo de una acequia. Son inolvidables las charlas en torno del sillón del anciano. Hablaba con la misma sonrisa burlona que campea en las “Tradiciones”, de los vaivenes de su existencia accidentada y de los sufrimientos de la vida (…) en el corro formado por las tres amables sombritas Angélica, Augusta y Renée (…) a veces estaba Didí la nieta predilecta del anciano (…) el hijo Vital, heredero de la sal criolla de don Ricardo, que jamás ha querido trazar una línea. Ricardito (perdón por el diminutivo familiar) de cuyos donjuaneos chancéaba orgulloso el padre. Clemente que por entonces me aterrorizaba con “Cuentos Malévolos”, joya de la literatura a lo Poe en nuestra tierra.
Y siempre Angélica, que de hija habíase tornado en madre del anciano, de quien las dolencias y los años habían hecho un niño (…) Angélica, que en vida del padre viviera sobrecogida ante tanta gloria, sólo quienes la tratábamos de cerca sabíamos de su exquisito talento literario oculto hasta entonces bajo diversos seudónimos – esperó la puesta del sol para que luciese la estrella”.


Núñez de Arce, el famoso escritor español, dedicó Angélica el siguiente poema:

Flor del Perú que despliegas
tu suave corola al viento
y hoy blandamente perfumas
la tierra de tus abuelos,
si cuando vuelvas a Lima
triste de verte tan lejos
la patria de tus mayores
te inspira gratos recuerdos
y en tu corazón le guardas
filial cariño, venciendo
la presión olvidadiza
de la distancia y del tiempo,
colme Dios, hermosa niña,
de tus memorias en premio,
tu juventud de ilusiones,
tus noches de alegres sueños,
tu vida de eternas dichas,
tu hogar de dulces recuerdos,
de santa paz tu conciencia
y de luz tu pensamiento.

Y el gran Zorrilla que frisaba los ochenta años de vida, escribió para Angélica este romance:

En tu patria la del Sol,
te habló tu padre de mí,
y por verme te antojaste
al venir con él aquí.
Tu padre y yo nos quisimos
siempre bien, en tu país
te diría él de mí algo
de lo que yo de él aquí;
mas ya me has visto y te he visto,
y ¡oh peruano querubín!
ya has visto bien que no soy
lo que te han dicho que fui,
ni más que un viejo ya inútil
que hoy se tiene por feliz
de abrazarte y bendecirte
un día antes de morir.


Esta fue la vida y obra de Angélica Palma, generosa y noble, querida y admirada por todos los que la conocieron, y en justicia debiera reeditarse su obra y erigirle un monumento que perennice su imagen en el bronce, al lado de su ilustre padre, como símbolo de amor filial y por su valiosa contribución a las letras peruanas.



BIBLIOGRAFIA

1. Alberto Tauro.- Elementos de Literatura Peruana- Pág. 119
2. Augusto Tamayo Vargas.- Apuntes para un estudio de la Literatura Peruana.-
3. Ricardo Palma.- Epistolario.- Tomo II.- José de la Riva Agüero.- Pág. 445.
4. Luis Alberto Sánchez.- La Literatura Peruana.- Lima 1989.
5. Clemente Palma.- Cuentos Malévolos.- Biblioteca Peruana – 1974.
6. Mario Castro Arenas.- De Palma a Vallejo.- Populibros Peruanos.
7. Alberto Escobar y José Miguel Oviedo.- Ricardo Palma- César Vallejo- Lima 1964.
8. Angélica Palma.- Sociedad de Amigos de Palma.- Lima 1937.
9. Ricardo Palma.- Tradiciones Peruanas.- Segunda Edición.- 1987.


HOJA DE VIDA DE LA PROFESORA
Tania C. Gutiérrez Samanez (Cusco)
Profesora de Lengua y Literatura, Periodista e investigadora de literatura femenina.
Cursó estudios superiores en la Universidad de San Antonio Abad del Cusco, en la Facultad de Educación en la de especialidad Lengua y Literatura y en el Programa de Periodismo y Relaciones Públicas.
Inicia su quehacer periodístico en el diario El Comercio del Cusco, con la columna “Opinión Femenina”, enfocando temas literarios y culturales con una perspectiva de género.
Fue cofundadora del Círculo Cultural Micaela Bastidas y del Centro de la Mujer Trinidad Enríquez.
Es socia del Instituto Americano de Arte y presidenta de la Asociación de Escritoras del Cusco y presidenta del Movimiento Sur Peruano de Escritoras (Arequipa, Puno, Moquegua, Tacna, Apurímac y Ayacucho).
Es directiva de AMA (América Madre, con sede en Córdoba – Argentina) y es miembro del Comité de Defensa del Patrimonio del Cusco.


PUBLICACIONES.
La Mujer en la Literaturas Mundial, Nacional y Regional.- Revista Nº 13 del Instituto Americano de Arte.
Mujeres Célebres en la Resistencia.- Revista Mujer Andina del Centro de Estudios y Asesoramiento de la Mujer Trinidad Enríquez- 1997.
María Ester Castro, ilustre hija de Félix Evaristo Castro.- Centenarios del Diario El Comercio del Cusco.- 1996.
Trinidad Enríquez, Primera Universitaria y Precursora Social Peruana- Cusco- 2005. Gutierrez Samanez Editores.
Luis Velazco Aragón y el Enfoque de la Literatura Americana- El Antoniano UNSAAC -1999.

TRABAJOS INÉDITOS

Fantasía y Algunos Juegos (Poemario Infantil)
Bocetos (Poemario biográfico)
Legendarias Feministas del Siglo XX
Antología de la Poesía Femenina Cusqueña (Siglo XIX, XX y XXI)
Notables Educadoras Cusqueñas.
Rosa Augusta Rivero y el Discurso de Género Sur Peruano (En prensa)

Dirección: Calle Inca 357, Santiago, Cusco
Tel. 051-84-221814.
E-mail: taguts_cusco@hotmail.com
http://tania-gutierrez-samanez.blogspot.com/



Friday, March 16, 2007

Comentario de la obra: “El Patriarca de las Aves”,

Comentario de la obra “El Patriarca de las Aves”
Escribe: Tania Gutiérrez Samanez

El escritor Enrique Rosas Paravicino, nuevamente nos sorprende con su talento creador y, esta vez lo hace incursionando en el mundo de la literatura infantil, entregándonos el cuento “El Patriarca de las Aves”, tema en que se mimetizan la fauna, la flora y la simbología propia de nuestro país.
El discurso narrativo de Rosas está referido en sus obras al entorno cultural, recibiendo un fuerte impacto telúrico del paisaje; esa cosmovisión andina, tan peculiar en algunas de sus obras como “El Gran Señor”; lo inscribe en la corriente temática de Arguedas, Alegría, López Albújar y otros autores nacionales.
Hasta hace algunos años en nuestro país no existía una literatura infantil auténticamente peruana, es decir no se tomaban elementos o motivos nacionales para constituir una literatura infantil propia del Perú. Es indudable que al difundir temas nacionales el niño peruano conocerá su pasado, porque nuestra historia está saturada de hechos legendarios y grandiosos, y que por medio de relatos y narraciones, el niño logrará conocer la naturaleza pródiga en paisajes, con su fauna, flora y riqueza natural en sus tres regiones geográficas.
El Perú como pueblo poseedor de una rica tradición cultural, tiene vasta profusión de motivos temáticos que el escritor peruano puede aprovechar en sus obras.

Los mitos, leyendas y tradiciones del antiguo Perú nos sirven para comprender el pensamiento y la vida de la antigua población peruana.
Raúl Porras Barrenechea en su obra “Mito, Tradición e Historia del Perú” afirma: “Ningún pueblo como el incaico, salvo los chinos, sintió más hondamente la seducción del pasado y el anhelo de retener el tiempo fugaz. Todos los ritos y costumbres familiares y estatales están llenos de ese sentido recordatorio y propiciador del pasado (.....), en todos sus actos hay un instinto o apetencia de historia, que cristaliza también en el amor a los mitos, cuentos, leyendas y fábulas y más tarde en las formas oficiales de la historia que planifica el estado incaico. El mito y el cuento popular antecede según los sociólogos a la historia. El pueblo incaico fue propenso a contar fábulas y leyendas”.
Y de este modo fue cómo los antiguos peruanos, desde la época de los incas, cultivaron el arte de la narración. Citamos a los cronistas:
Cristóbal de Molina (El Cusqueño), autor de las “Fábulas y Ritos de los Incas”, quien hace un estudio de las costumbres y relata la fábula de las “Guacamayas, en tiempos del diluvio”; los relatos de Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala, Blas Valera, Bernabé Cobo, Juan de Betanzos y otros que coinciden en afirmar que los incas amaron y cultivaron el arte narrativo.

Continuando esta tradición, Enrique Rosas en el “Patriarca de las Aves”, toma un tema de nuestro folklore el cóndor que simboliza, en el cuento, la memoria colectiva del pueblo, encerrando este relato un mensaje educativo y formativo, que promueve valores tales como la gratitud, el reconocimiento a la obra del maestro; el respeto y veneración a la ancianidad, además este texto servirá como un valioso auxiliar para la enseñanza de la lectura y el idioma, propendiendo a que el niño alcance una visión profunda del mundo circundante.

En este entender, el cuento “El Patriarca de las Aves” contiene un mensaje interesante en el plano denotativo como en el connotativo. El cuento en sí tiene un tono filosófico y espiritual.
Los demás personajes, son aves que representan al pueblo, quienes reciben la herencia del maestro que les alienta a conservar su historia, cuando dice:
“Cuidad bien la memoria hermanos, ¡Cuidadla siempre!”
Después de la muerte del cóndor los animales dialogan en los términos siguientes:

- Todo cuanto yo sé – lo aprendí de él – replica el zorro lloroso.
- ¿A qué edad murió el cóndor? – pregunta el búho
y el águila lacónica contesta:
- Tenía noventa y siete años cuando expiró
- Entonces el flamenco se chicoteó la frente con el ala
- ¡Claro que sí! – exclamó entusiasta – Por ahí esta la explicación. Es sencillo. A esa edad venerable ¿Quién no tiene la mayor cantidad de conocimientos y experiencias? – Por lo mismo ¿no se requiere entonces de una gran memoria para guardarlos?.
- El búho replica:
- A lo razonado por nuestro hermano flamenco yo agregaría lo siguiente:
- ¿Quién de nosotros no escuchó de boca del cóndor una historia, un cuento, una fábula, un refrán, un mito o siquiera una adivinanza?
- ¡Así es, amigos! Replica el búho- Nuestro saber viene de él, se nutre de su excelente memoria de patriarca – él conservó, toda su vida, el legado espiritual de los antepasados”.

El desenlace de la historia o moraleja es el siguiente:
“Desde esa vez, el pueblo de las aves cultivó el arte de la memoria. Lo hizo por medio de cuentos, fábulas, mitos, refranes y adivinanzas que pasaban de uno a otro, de familia en familia, de bandada en bandada... en largas noches de amena conversación”.

La escuela peruana necesita realizar una revaloración de los mitos, leyendas, cuentos y fábulas por ser elementos de formación educativa e instructiva, porque a más de hacerles conocer nuestro pasado, los niños cimentarán sus conocimientos y afirmarán su identidad nacional.
La lectura del cuento “El Patriarca de las Aves” es recomendable para niños de cuatro a doce años de edad. Está escrito en prosa lírica, llena de encanto poético, tierno, amable, sugestivo, con descripciones y diálogos directos y sencillos; lleva, además, ilustraciones del pintor César Aguilar Peña, uno de los valores de la plástica regional.
Permítaseme en este comentario de la obra de Enrique Rosas, recordar a aquellos pioneros y pioneras de la literatura infantil y juvenil, muchos de ellos maestros y maestras de escuela, y a las madres quienes inventan canciones y versos para mecer a sus hijos, siendo las primeras maestras de literatura infantil. Recordamos a Luchi Blanco Galdos, escritora y periodista cusqueña, autora de “Las Taruquitas”, “La Chocita Voladora” y otros cuentos; Alfonsina Barrionuevo, exquisita maestra del arte de la narración en el mito y la leyenda; Carlota Carvallo de Núñez, Rosa Cerna Guardia, Catalina Recavarren de Zizold, Ester Allison, Matilde Indacochea, Clorinda Matto, Mercedes Cabello de Carbonera, Enriqueta Herrera Gray; así como al vate nacional César Vallejo; a los escritores: Arturo Jiménez Borja, Francisco Izquierdo Ríos, Arturo Corcuera, Manuel Pantigozo, Saniel Lozano, Roberto Rosario, Luzman Salas, Jesús Cabel, Danilo Sánchez Lihón, Cronwell Jara, Cecilia Granadino, María Teresa Llona y en el Cusco: Germán Baush y María Luisa García, entre otros.
Los niños y jóvenes de hoy han reducido la lecto-escritura a su mínima expresión. Hay una especie de pereza mental ya que van desapareciendo los hábitos de lectura, escritura, diálogo, creación, expresión, etc., debido a la televisión y la Internet. La imagen iconográfica, como se sabe, no invita a la reflexión como la palabra, por eso se hace imperiosa la necesidad de brindar más horas de lectura en la currícula educativa.
Felicito a Enrique Rosas por esta valiosa entrega que hace a los niños peruanos, maestros y cultores de la literatura y, de esta manera, ingresa con paso firme a los predios de la Literatura Infantil y Juvenil, inscribiendo su nombre en la galería de autores nacionales de este quehacer literario tan singular.

Sunday, December 31, 2006

Trinidad Enríquez, Primera Universitaria y precursora del discurso de género.


TRINIDAD ENRIQUEZ, PRIMERA UNIVERSITARIA Y PRECURSORA DEL DISCURSO DE GÉNERO

Escribe: Tania Gutiérrez Samanez.

Fue el Cusco, cuna de Trinidad María Enríquez Ladrón de Guevara una de las mujeres más notables del Perú del Siglo XIX. Su fama adquirió relieve continental e internacional al romper la barrera del oscurantismo e ingresar a la Universidad de San Antonio Abad en 1875, año que marca el inicio de la profesionalización de la mujer peruana.
Trinidad Enríquez, nació el 5 de junio de 1846. Fue hija de Marcelino Enríquez y Cecilia Ladrón de Guevara y Castilla. Su madre era de ascendencia noble, descendía de Túpac Amaru I y de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), tal como sostuvo el distinguido historiador Horacio Villanueva Urteaga. Fue hermana de Ángela, madre del famoso escritor, pintor y periodista Ángel Vega Enríquez, fundador del diario “El Sol” y primer biógrafo de su tía. Ángela Enríquez fue considerada como una “intelectual olvidada”, escribía en la revista “Recreo”, fundada por Clorinda Matto y en la “Alborada” editada en Lima por Juana Manuela Gorriti.
A los cinco años Trinidad María fue llevada a Lima, donde llamaba la atención de los amigos de la familia por su agudeza de niña precoz. De regreso al Cusco estudió en el Colegio Educandas, fundado por Simón Bolívar y regentado en esa época por la notable educadora Antonina Pérez, a quien Clorinda Matto recuerda a esta maestra con admiración y respeto, como Sub- Directora figuraba la no menos notable Gertrudis Araujo y como profesora destacaba Elena Benavides de Enríquez.
El currículo de estudios en colegios de mujeres en aquellos años era sólo hasta el tercer año de media, los dos últimos años cuarto y quinto se continuaba con cursos de especialización para optar al título de Profesora de Primeras Letras. Trinidad María, aspiraba a recibir educación superior y debía de prepararse con ese fin, y decide fundar su propio colegio en su domicilio en la calle Mesón de la Estrella Nº 44 (Antiguo local del diario “El Sol), dictándose cursos de Matemática Superior, Derecho Civil y Lógica Deductiva, contándose con un selecto plantel de profesores como: José Varea de Música, Gabino Pacheco Zegarra de Literatura, Teodocio Rozas de Filosofía e Historia, M. Bougereau de francés , quien había estado en Venezuela y admiraba a Bolívar, interesando a su alumna en el estudio de la Emancipación Americana y la Liberación del Hombre.
Gracias a sus conocimientos del idioma francés, Trinidad María leyó posiblemente a: Rousseau, Montesquieu, Saint Simon, Blanc y Flora Tristán, obras que influyeron en su formación y personalidad.
La fundación del Colegio Superior fue considerada en la época como una herejía, ya que era inconcebible por esos años que las mujeres incursionaran en el terreno de la ciencia y la cultura.
Zoila Ladrón de Guevara, Catedrática de la Facultad de Educación y pariente de Trinidad Enríquez, emitía el siguiente juicio crítico en la Revista Pro- Cultura en l966: “....la gazmoñería, desata sobre Trinidad María la más vil calumnia y se pide se clausure el colegio, a pesar de tanta infamia, enhiesta y perenne se enfrenta con altivez de mujer encendida por el amor a los demás (...) como maestra Trinidad Enríquez es la abanderada de la Pedagogía Social y Política.”
El Colegio Superior tuvo posiblemente una duración de tres años, tiempo suficiente para que Trinidad María concluyese la secundaria, se clausuró el colegio debido a la presión del elemento conservador de la época que no vacilaba en apedrear el local en las clásicas asonadas con que se daba término al tradicional Lunes Santo cusqueño. El arma que se esgrimió contra Trinidad fue el de ser acusada de lesbianismo, infamia a que hace referencia la doctora Ladrón de Guevara, pues no era posible que reuniera en su casa a mujeres inquietas, ávidas de conocimiento y saber, al igual que en la antigua Grecia fue denigrada Safo por haber vencido a sus colegas poetas en sendos eventos literarios y ser considerada por Platón como la “Décima Musa” por la belleza de sus versos. Derrota que no pudieron asimilar sus contemporáneos, creándose en torna a ella una infame leyenda negra, y que hoy las historiadoras mujeres han develado.
Fue, con la Revolución Francesa, que la humanidad cambia y aparece Condorcet, ferviente feminista, quien escribió en 1790 “Sobre la Admisión de las Mujeres en el Derecho de la Ciudad”, libro que sirvió a las mujeres para reclamar sus derechos y probablemente Trinidad María nutrió su espíritu de un idealismo generoso y afirmaba al igual que Flora Tristán: “Servir a la humanidad, he ahí mi religión y mi vida”.
El 3 de octubre de 1874, el Supremo Gobierno, durante el mandato de Pardo le otorga autorización de ingreso a cualquier Universidad Nacional, debiendo rendir exámenes de previas para revalidar sus estudios de cuarto y quinto de secundaria que los cursó en el colegio que ella fundó y que no contaba con valor oficial. Y fue a partir del 20 al 29 de abril de 1875, tras arduos exámenes orales que dejó atónito al jurado por la sapiencia de sus conocimientos; logra así ingresar a la Universidad en la Facultad de Jurisprudencia, hazaña sin precedentes en Perú y América..
Trinidad María, coronó con éxito sus estudios, obtuvo el grado de Bachiller en Jurisprudencia, mas no el de Abogada, porque este derecho no estaba permitido aquellos años a las mujeres. El Presidente Piérola le otorgó una autorización especial para que Trinidad María se graduase de Abogada, pero en un gesto de solidaridad feminista, exigió que dicha autorización no sea sólo para ella, sino para todas las mujeres en general.
El 5 de enero de 1848 se publicó en París la obra “Peregrinaciones de una Paria” de la insigne peruano-francesa Flora Tristán, siendo la obra fundamental de Flora la “Unión Obrera”. Nadie sospechó las repercusiones que esta obra iba a tener en el movimiento socialista mundial. Trinidad Enríquez, mujer de aguda inteligencia, probablemente leyó y se inspiró en esta obra y trató de emular a la “Paria” en vida y obra; así lo demuestran sus actividades en el Cusco al adoptar la causa del proletariado y de las reivindicaciones sociales. En 1870, funda la Sociedad de Artesanos en compañía de Francisco García y Francisco González, este último padre del pintor nacional Francisco González Gamarra. Francisco García, murió en acción de armas al comandar el célebre batallón “Zepita” de artesanos que a instancias de Trinidad Enríquez, marcharon a la guerra, durante el grave conflicto de la Guerra con Chile en l879, fue así como el Gobierno Peruano, otorgó a perpetuidad a los artesanos el local de la capilla de los jesuitas en la Plaza de Armas. En dicho local Trinidad María, fundó la Escuela Nocturna para los obreros, enseñándoles lectura, escritura y las leyes que amparaban sus derechos. Incentivó al elemento trabajador a incursionar en política, eligiéndose al Primer Diputado Obrero el señor Francisco González, caso insólito como escribiera la doctora Rosa Augusta Rivero Ricalde, prominente lideresa social del Siglo XX y Primera Abogada graduada en el país.
Luego de estos acontecimientos, Trinidad María, cae enferma, posiblemente de una dolencia nerviosa. Recobra la salud brevemente y saca a luz el periódico “La Voz del Pueblo”, órgano donde dio a conocer sus ideales de progreso a favor de su tierra natal.
Fallece el 20 de abril de1891 a la edad de 45 años. Años después, Clorinda Matto en una Conferencia de Mujeres, realizada en Buenos Aires, recuerda a su maestra del Colegio Educandas y escribe:
“Trinidad María Enríquez, cuzqueña audaz, fue la primera que en el Perú acometió las aulas universitarias en la facultad de jurisprudencia. Escribió en prosa correcta, fundó un colegio para señoritas y una escuela para artesanos donde ella misma daba lecciones a los obreros.
La estrechez del escenario, talvez asfixió esa alma generosa; el vendaval del infortunio la arrastró, despiadado, hacia temprana sepultura, pero su nombre está escrito en el corazón del pueblo y no la olvida el país nativo”.
Digno epitafio para una mujer que entregó su vida a la causa social de su pueblo, y coincidimos con el juicio crítico de la escritora Aurora Aráoz Ocampo quien escribía en 1910; “Una fama más notable la espera, pues la historia del feminismo tiene que considerarla entre sus inmortales”.

Wednesday, June 14, 2006

CERVANTES Y SU INMORTAL OBRA "EL QUIJOTE"

CERVANTES Y SU INMORTAL OBRA
“EL QUIJOTE”

Escribe: Tania Consuelo Gutiérrez Samanez

El mundo entero y de habla castellana celebra el Cuarto Centenario de publicación del “Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, obra monumental del Manco de Lepanto, Miguel de Cervantes Saavedra.
“El Quijote”, sale a luz en 1605, novela de la cual se han hecho millares de ediciones y traducido a todos los idiomas. Está escrita en prosa de fino estilo artístico y sintetiza los ideales del Siglo XVI. El Quijote refleja con nitidez el espíritu del pueblo español en sus manifestaciones íntimas: el realismo simbolizado en Sancho y el idealismo en el ingenioso manchego. Desfilan por sus páginas 607 varones y 62 mujeres con todo su carácter y sentido humano, pintados dentro del paisaje español con la excelsitud y sabia filosofía que sólo un genio como Cervantes pudo bosquejar con expresión pintoresca y humanista la sociedad de su tiempo.
Los hombres y los ingenios más lúcidos en el curso de cuatro siglos se han ocupado de este personaje: Ortega y Gasset compara el alma de su pueblo con los protagonistas de la novela caballeresca, convertidos en inspiración de dramaturgos, poetas, pintores, dibujantes y escultores, pues, la plasticidad estética del Caballero de la Triste Figura, al lado de su fiel escudero Sancho, Dulcinea y Rocinante y otras criaturas de la fantasía cervantina han pasado a ser prototipos de la naturaleza humana.
No en vano Cervantes vislumbró esta fama, cuando escribe en El Quijote: “Yendo pues, caminando nuestro flamante aventurero, iba hablando consigo mismo y diciendo: ¡Dichosa edad y siglo dichoso aquel, adonde saldrán a luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronces, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas, para memoria en lo futuro! ¡Oh! Tú, sabio encantador, quien quiera que seas, a quien ha de tocar el ser cronista desta peregrina historia! Ruégote que no te olvides de mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y carreras”.
El idealismo generoso de “El Quijote” se aprecia en su conversación con los cabreros, cuando dice: “!Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quienes los antiguos pusieron nombre de dorados; y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío!.Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano, y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto (...) todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia (...) No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza: La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen”. Con estas frases, Cervantes inmortaliza su obra, llenando toda una etapa del Siglo de Oro de la literatura castellana, nadie como él, escribió en lenguaje castizo una obra monumental con caracteres de verdadera genialidad.
Pese a que el éxito de publicación de El Quijote fue rotundo esta edición no le deparó fortuna a su autor; Cervantes vivió pobre y murió así, fue un marginado que supo sobrellevar con paciente estoicismo el dolor y el fracaso. Entre su obras menores, como clasifica la crítica, editó, “Las Novelas Ejemplares” (1613), “Persiles y Segismunda” (Obra póstuma, publicada en 1617). Cultivó la poesía en su juventud y es alrededor de los 20 años que escribe sus primeros versos con motivo de las exequias de la Reina Isabel de Valois. Se aprecia la vena lírica de Cervantes en su primera novela de corte pastoril “La Galatea”, publicada en 1585, así como sus Comedias y Entremeses, escritos con donosura y sutileza.
Sólo Cervantes en lengua castellana fue capaz de trascender la región sublime del arte, seguido por el Fénix de los Ingenios, Lope de Vega. Es, en este entender que se considera la obra de Cervantes como un hito o vértice en donde confluye la literatura, cuando la crítica sitúa las producciones de la narrativa en antes y después de la obra Cervantina, y en esta opinión concordamos con Julio Cejador, conspicuo cervantista cuando afirma que “El Quijote es la primera novela del mundo” y una de las obras más bellas que ha producido el genio humano.
En síntesis toda la creación de Cervantes, especialmente “El Quijote” nos hace reflexionar en nuestra propia vida, hacia un proyecto nuevo, un sueño, un ideal enmarcado en el amor al bien y a la libertad; aunque siempre nos saldrán al paso obstáculos como los “molinos de viento” o deseos fallidos, pero los seres humanos seguiremos adelante, porque en nuestro fuero interno vivirá ese fantasma, representado en Don Quijote que nos alentará a la acción en procura de un futuro mejor.